El problema del dolor de espalda

El dolor de espalda (en general), y el dolor cervical y lumbar en particular constituyen actualmente una especie de plaga en las sociedades occidentales. La mayor parte de la población ha sufrido o sufrirá en algún momento este tipo de dolor. Los gastos sanitarios relacionados con el dolor de espalda cada vez son mayores (imaginaos lo que esto supone en gastos de personal médico, fármacos, pruebas complementarias y bajas laborales), y no solo hemos de pensar en los costes económicos, sino también en los costes sociales, por lo que podríamos decir que constutiye un problema de salud pública.

La mayor parte de las consultas en los fisioterapeutas están relacionadas con el dolor de espalda, al menos en mi caso, y esto no muestra más que su alta prevalencia.

Dentro de este gran cajón que es el dolor de espalda, existen dolores con una causa claramente delimitada, es decir, que responden a una lesión o patología orgánica, pero existe un amplio grupo que son los dolores inespecíficos. ¿Qué quiere decir esto?

Se trata de dolores que no responden a ninguna patología o lesión estructural específica. Hasta un 85% de los dolores lumbares entrarían dentro de esta categoría, así pues, no es cosa de broma.

dolor-espalda

Imaginemos esta situación. Tengo un dolor de espalda, y voy al médico, que me receta antiinflamatorios, pero después de un tiempo, el dolor no cede, con lo que vuelvo a consulta y me realizan una radiografía. En la prueba complementaria no se aprecia ninguna lesión. El médico puede mandar otra prueba, por ejemplo, una resonancia magnética, o bien aconsejarme que acuda al fisioterapeuta, o decirme que siga con los medicamentos, cambiarlos por otros, o decirme que haga natación (que es la solución para todos los problemas, parece ser). Este sería un caso de dolor lumbar inespecífico. También puede ocurrir que en la Rx aparezca una pequeña protusión discal, con lo cual ya tenemos la explicación. Pero hoy día se sabe que en el sistema biomédico se han estado sobredimensionando los resultados de las pruebas de imagen, y que en muchas ocasiones el hecho de tener una profusión discal no explica el dolor.

En estos casos, parece que lo más efectivo es establecer una subclasificación para poder abordar el problema de una manera más efectiva. Hay muchos autores que han propuesto diferentes clasificaciones (O´Sullivan, Mckenzie, …).

En fisioterapia, este tipo de dolores a veces los catalogamos como disfunciones de diverso tipo (por ejemplo, disfunción articular, del control motor, neurodinámica…) o según la respuesta mecánica / sintomática a movimientos repetidos, como en el caso del Método Mckenzie ® .

El término disfunción casa perfectamente con lo que estamos abordando, pues se trata de un desarreglo en el funcionamiento de uno o varios elementos orgánicos, sin tener por qué existir lesiones estructurales, por eso es tan complicado de diagnosticar, porque normalmente buscamos la explicación de todo en las pruebas de imagen, que son solamente una representación gráfica de la estructura de nuestro organismo en el momento de la realización de la prueba.

El dolor en general, y el dolor de espalda en particular, como es el caso, tienen un carácter multidimensional, y su producción y perpetuación en el tiempo dependen de factores bio-psico-sociales. Por tanto, es mucho más complejo de lo que pueda parecer.

En la experiencia del dolor de espalda (específico e inespecífico), hay varios factores relacionados con el estilo de vida que me parece que tienen especial relevancia en la actualidad (y a veces actúan conjuntamente), que son:

-El estrés laboral y emocional.

-El sedentarismo (las posturas mantenidas sentado).

-La falta de ejercicio físico.

Aunque hay muchos más factores que van a tener influencia en la percepción del dolor, me parece que estos tres son básicos de acuerdo con el estilo de vida actual, cada vez más tendente a la polarización (personas sanísimas que no fuman, comen muy bien y hacen mucho deporte o personas sedentarias que se mueven menos que el ojo de Espinete); en las próximas entradas en el blog quiero desarrollar un poco más estas ideas, además de aportar consejos que nos puedan ayudar a aliviar el dolor, a posicionarnos de una manera un poco más correcta, a reconocer signos de alarma… orientados principalmente a personas con trabajos sedentarios.

Espero que os pueda resultar de interés, y que podáis practicar con éxito algunas de las pistas que os voy a dar. Si pensáis que esta información puede ser de interés para algún amigo, familiar o conocido, os invito a compartir, pero también a comentar cuanto queráis, estáis en vuestra casa.

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